La isla situada más al norte de las baleares es quizás la más desconocida y a la vez la que despierta más interés por su autenticidad que ha perdurado a lo largo de los años y que sus gentes cuidan por proteger.
Por motivos históricos y socioculturales, la isla ha permanecido casi como anclada en el tiempo, manteniéndose casi impuse a los atentados urbanísticos que en otras zonas de nuestro país se han cometido en favor del progreso y la economía. Punto estratégico del mediterráneo desde tiempos inmemorables, cuenta con una extensa historia que se muestra palmo a palmo de tu terreno, comenzando en los primeros pobladores que llegaron hace más de 4000 años
Menorca podemos decir que es de las islas más auténticas que existen en todo el mediterráneo (por no decir que la que más). Su entorno nos traslada a un lugar donde la naturaleza y el equilibrio predomina. Un oasis en occidente donde la conciencia por el medio ambiente está en otro nivel, siendo declarada en 1993 Reserva de la Biosfera por la UNESCO
Es una isla donde equilibrio, la calma y la belleza son protagonistas. Un enclave de experiencias y emociones para todos los sentidos. Menorca te invita a relajarte, a pensar y sobre todo a volver de vacaciones con las pilas cargadas. Pasear por las calles de Mahón, disfrutar de su gastronomía de proximidad, practicar deportes en la naturaleza, recorrer sus senderos y sobre todo dejarse embriagar por las aguas cristalinas o vivir un atardecer de ensueño.
La isla es un destino turístico de calidad, un paraíso de agua y arena que cuenta con 75 playas, muchas de ellas totalmente salvajes, que meren la pena conocer. Seguro que has escuchado Macarella y Macarelleta, Turqueta o Son Saura, algunas de las más mediáticas, pero existen tesoros escondidos como Trebalúger, Cala Fustam o Cala Excorxada.
Es sin duda un edén en el mediterráneo donde se vive, se siente y respira el alma mediterránea.